Ante un teatro Independencia con localidades agotadas, Otros episodios sinfónicos, una revisión de la obra de Gustavo Cerati, Interpretada por Ensamble Cosmigonón, dirigido por el maestro Víctor Armendáriz junto a Raúl Aguilera en la voz, dieron un show inolvidable
Lejos del homenaje o tributo, la puesta en escena en cuanto a luces, vestimenta y visuales es todo nuevo creado especialmente para la ocasión. No es lo mismo una filarmónica como la que tuvo Gustavo en su momento sinfónico, a llevar todo a un ensamble. Es algo absolutamente distinto, fue un riesgo adaptar las canciones a este formato. Riesgo en cuanto a los arreglos salieron airosos.
De Los 11 episodios sinfónicos y posteriormente su versión en vivo, 14 episodios sinfónicos. poco, algunas canciones y nada más. El repertorio fue otro, evitando caer en el famoso una que sepamos todos. La elección de las canciones fue una sorpresa muy bien recibida por el público. Vueltas por el universo dándole otra impronta mucho más sutil, fue el puntapié inicial en un show donde se habló poco, las canciones fueron pasando una tras otras.
Raúl Aguilera en ningún momento intentó caer en la imitación de Gustavo en lo vocal ni en los gestos. Es un músico que tiene su forma de cantar, su forma de pisar el escenario y eso es lo que se vio y escucho. Todos los arreglos fueron adaptados a su voz. De entrada quedó claro, no se trataba de homenajear, si no de indagar una búsqueda sonora y visual corriendo todos los límites al máximo posible.
Zona de promesas, Tratame suavemente, Cactus, Crimen, En la ciudad de la furia. fueron los puntos altos de un show que propuso algo distinto, darle un nuevo significado, modernizar y traer al presente con un nuevo formato, un nuevo sonido a las canciones. Logrando un resultado final de excelencia multimedial, pocas veces vista y escuchada en este tipo de ensambles. Que se repita pronto.