La eterna heroína de las películas de John Cassavetes falleció el miércoles 14 de agosto tras atravesar una larga lucha contra el alzhéimer
¿Cómo podríamos definir a Gena Rowlands? Quizás lo más icónico fue su melena rubia ondulada que siempre le caía perfectamente sobre los hombros en todas las películas en las que hizo gala de su presencia embrujada. También por sus retratos de mujeres al borde de un ataque de nervios (aunque nunca actuó con Pedro Almodóvar) con los que entró en el exclusivo club de los llamados iconos del cine, a partir de la inolvidable Una mujer bajo la influencia (1974), dirigida por su compañero de rodaje, el director, actor y guionista John Cassavetes. La actriz tuvo tres hijos con Cassavetes y colaboró en una docena de sus películas antes de su muerte en 1989.
Estrella de las décadas de 1970 y 1980 y figura emblemática del cine independiente estadounidense, Gena Rowlands disfrutó de una carrera rica y prolífica hasta bien entrada la década de 2000, en la que continuó rodando con su familia. Las generaciones más jóvenes la conocieron en el drama romántico El diario de Noa, dirigido por su hijo Nick Cassavetes (en el que interpreta a una versión mayor del personaje de Rachel McAdams, enferma de alzhéimer). Unos años más tarde, también apareció en Broken English (2007), la primera película de su hija Zoe Cassavetes. Fallecida el pasado miércoles 14 de agosto a los 94 años, repasamos la carrera de la actriz:
Gena Rowlands, una actriz un poco rebelde y con mucho gusto por la moda
Mucho antes de ser consagrada en los Oscar gracias a dos nominaciones (por sus papeles en Una mujer bajo la influencia y Gloria) y un Oscar Honorífico recibido en 2015 por toda una vida, Gena Rowlands inició su carrera de forma tímida a principios de la década de 1950, tanto en el teatro como en la televisión. Nació en Wisconsin en 1930, hija de Edwin Myrwyn Rowlands, banquero y legislador estatal, y Mary Ellen Neal, ama de casa con inclinaciones artísticas. Desde muy pequeña se vio inmersa en un mundo creativo que le hizo soñar con el cine, sentía una asombrosa fascinación por Bette Davis. Como era de esperar, en la Universidad de Wisconsin se decantó por el arte dramático, muy animada por su madre, que también había trabajado como actriz. Sin embargo, fue en Nueva York donde Rowlands se aventuró en producciones como The Seven Year Itch, de George Axelrod.
En los albores de la década de 1950, vimos a Gena Rowlands en la pequeña pantalla, en la serie Top Secret, y en otras menos famosas como Robert Montgomery Presents, Armstrong Circle Theatre y Studio One... En 1979, coprotagonizó con su icono de la infancia, Bette Davis, Strangers.
Sin embargo, fue en las películas de su marido, el cineasta John Cassavetes, donde Gena Rowlands se dio a conocer. Mientras la actriz interpretaba a mujeres fatales atormentadas en las películas de su marido, su vestuario pretendía reflejar su alma. En Gloria (1980) llevó fantásticos trajes diseñados por Emanuel Ungaro, formado en Balenciaga y Courrèges. Para este papel se adoptó una moda práctica, a imagen del lema del diseñador francés de origen italiano: "No hay que llevar un vestido, hay que vivir con él". Gloria es la encarnación de esta máxima, un deambular por el sórdido Nueva York de los años 70 y 80, entre el glamour, el poder y las hombreras, sin dejar de ser una inolvidable femme fatale. El personaje de Gena Rowlands dejó una huella tan indeleble que ha inspirado a Silvia Fendi para una colección cápsula en 2020. Las faldas ligeras de seda y satén, claves de los looks de Rowlands en la película, están ahora a la orden del día. El vestuario de aquella película presentaba una mezcla de siluetas femeninas y masculinas, con blazers combinados con faldas midi, algo que no nos suena a lejano.
John Cassavetes y Gena Rowlands, pareja estrella del cine independiente estadounidense
Mucho antes de su triunfo en Una mujer bajo la influencia, el dúo formado por John Cassavetes y Gena Rowlands se unió por primera vez en Faces (1968). Y aunque la actriz ya había tenido un papel en la primera película del director, Sombras, y otro en Un niño espera con Judy Garland, es sin duda con Faces en la que se produce la magia. En este drama, Rowlands interpreta a Jeannie, una prostituta que se ve envuelta en los tormentos de una pareja en crisis."A mi marido le interesaban especialmente las mujeres y sus problemas en la sociedad, cómo eran tratadas y cómo resolvían y superaban lo que tenían que afrontar. Todas sus películas tienen mujeres muy interesantes", declaró a Associated Press en 2015. Sabiendo esto, es imposible no volver a la citada Una mujer bajo la influencia, en la que la actriz interpreta a Mabel Longhetti, un ama de casa y madre sumida en la depresión que se transforma a medida que avanza la película. La interpretación de Rowlands está a la altura de la historia: llena de energía, a veces aterradora, a veces alegre, siempre trágica. La actriz ha dicho a menudo que éste es su papel favorito de todos los tiempos.
En los bancos de la Escuela Americana de Arte Dramático de Nueva York, en los albores de los años 50, Gena Rowlands conoció a un joven cineasta en ciernes, un exuberante americano de origen griego con un inagotable caudal de palabra. En 1954 se casa con él. Pero, a diferencia de su marido, la actriz abandonó pronto los estudios para formarse en los escenarios de Broadway. Cassavetes prosiguió sus estudios antes de unirse a su esposa en el corazón de la industria cinematográfica, al principio como actor. Tras varios anuncios que rodaron juntos, consiguió el papel principal en la serie Johnny Staccato, cuyos ingresos le permitieron, en 1960, financiar su primera película, Shadows. Parcialmente improvisada, rodada con luz natural en decorados neoyorquinos con un presupuesto de 40.000 dólares, fue aplaudida por la crítica por su crudo realismo. A partir de entonces, su colaboración artística se renovó en numerosas ocasiones, y la pareja se convirtió en una de las principales figuras del cine independiente de Estados Unidos en las décadas de 1970 y 1980.
A día de hoy, Cassavetes es aclamado como uno de los pioneros del cinéma vérité, que puede definirse como una forma de filmar sin grandes medios, y con una cámara ligera, en busca de una autenticidad radical. Si Shadows es el ejemplo más simbólico, también podríamos citar la excelente Noche de estreno (1977), que apenas se reprodució cuando se estrenó. De hecho, la película no se proyectó en Nueva York hasta 1991, tras la muerte de su director. Hoy en día, sin embargo, se considera el paradigma del cine de Cassavetes y uno de los mejores ejemplos del talento de Rowlands. En el papel de Myrtle Gordon, una actriz en apuros ante el inminente estreno de su nueva obra, The Second Woman, Rowlands ofrece una interpretación inquietante y atormentada por el peso de interpretar a una mujer que envejece sobre el escenario. Como una sentencia de muerte para su carrera, que es lo que el envejecimiento sigue siendo para muchas actrices hoy en día.
La vida después de John
Tras la muerte de John Cassavetes de cirrosis hepática en 1989, Gena Rowlands no abandonó su carrera de actriz, lo que le permitió mitigar su pena. También redobló su actividad apoyando constantemente las películas de su marido, que presentaba en festivales y otras proyecciones especiales. "Quiero que todo el mundo vea sus películas", declaró en 1992 en el Festival de San Sebastián. "John era único, la persona más intrépida que he conocido. Tenía una visión muy concreta de la vida y de la individualidad de las personas", añadió. Esto no le impidió seguir su propia carrera. En 1991, por ejemplo, apareció como directora de casting seducida por la joven Winona Ryder en Noche en la Tierra, de Jim Jarmusch, y en 1996 en La Biblia de neón, del británico Terence Davies, un drama muy alejado del estilo de Cassavetes.
En 2004, en El diario de Noah, de su hijo Nick Cassavetes, interpretó a una mujer enferma de alzhéimer. Una macabra profecía o una desafortunada coincidencia: ella misma padecía la enfermedad, tal y como anunció su hijo en junio de 2024. Hace casi diez años, cuando recibió un Oscar honorífico por su carrera, Rowlands dijo en el escenario: "¿Saben qué es lo maravilloso de ser actriz? No sólo se vive una vida. Se viven varias vidas". Nadie lo ha demostrado mejor que ella.
Gentileza: Vogue