Anora (Estados Unidos/2024). Guion, edición y dirección: Sean Baker. Elenco: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian y Vache Tovmasyan. Fotografía: Drew Daniels. Música: Joseph Capalbo. Distribuidora: UIP (Universal). Duración: 139 minutos.
Sean Baker es el director de cine independiente más prolífico de la actualidad. Su filmografía está compuesta por excelentes películas sobre personas comunes que, por diferentes razones, están socialmente marginadas. The Florida Project y Red Rocket, entre otras, son algunos de sus trabajos más destacados.
La ganadora de la Palma de Oro, Anora, no es la excepción. Una vez más, Baker recurre al mismo tema y nos sorprende con una cinta brutalmente honesta, técnicamente brillante, que navega entre el humor, la comedia romántica y el thriller.
Ani, quien trabaja como bailarina lap-dance, se cruza con Ivan, el hijo de un oligarca y poderoso magnate ruso. Juntos emprenden un viaje que los lleva por Manhattan y Las Vegas. Sin embargo, el padre de Ivan, al enterarse de esta relación y no estar de acuerdo, les envía a sus matones. Hasta aquí, esto es lo que conviene contar a modo de un trazo muy general.}
Ani, interpretada por Mikey Madison (a quien ya vimos con Tarantino en Había una vez… en Hollywood, así como en Scream y la serie Better Things de FX), logra un trabajo descomunal en su primer protagónico. Su actuación no tiene fisuras a lo largo de todo el filme. Mark Eydelshteyn (The Land of Sasha, Guest from the Future) también ofrece una actuación memorable, sin puntos débiles, al igual que el resto del elenco. Y sí, no es ninguna novedad: con Sean Baker en la dirección, nadie mejor que él para elegir y dirigir un reparto.
Si como director es excelente, como guionista también lo es. El relato no tiene nada superfluo; todo tiene un propósito. Los giros, aunque algunos sean obvios, sorprenden en su mayoría y son totalmente inesperados.
Un punto clave es el estilo de humor elegido: inocente, tonto, casi infantil. Este tono le da al filme un relajo muy necesario que se agradece. Las influencias no se disimulan y van desde Federico Fellini, pasando por Garry Marshall, hasta Steven Soderbergh, integrándose de forma magistral.
Drew Daniels, encargado de la fotografía, logra retratar las ciudades de una manera nunca antes vista. Con influencias y citas al cine de finales de los años 70 y principios de los 80, suma una calidez única a la película.
Anora es cine independiente contemporáneo: muy bien escrito, muy bien filmado, y muy bien editado. A lo largo de sus 2 horas y 19 minutos, pasa de un género a otro sin perder el hilo conductor, sumergiendo al espectador en un disfrute absoluto.